miércoles, 19 de mayo de 2010

Imágenes Retro

En el verano de 1987, como cada fin de curso desde que tengo memoria, mi familia y yo viajamos a Quito para disfrutar de los dos mejores meses del año en casa de mis primos. A pesar del largo trayecto que debíamos recorrer era un viaje que yo deseaba siempre con todas mis fuerzas: supongo que esta ciudad me gustó desde pequeño, supongo también que ansiaba esa mínima libertad para jugar, ver tele y dormir un poquito más de la cuenta; pero sobre todo, creo que amaba pasar con mis primos haciendo las cosas de chicos grandes que ellos, por su edad, ya hacían.

En el verano de 1987 yo tenía 10 años.

Recuerdo que una de las cosas nuevas que llamó en seguida mi atención al llegar a la casa de mis primos, fue un recorte de revista que uno de ellos había pegado en la puerta de su cuarto. Era la foto de una banda. Su nombre, cuando me lo dijeron, me sonó a refresco y su look, entre glam y punk, me arrancó una carcajada que aún se recuerda en las reuniones familiares.

– Soda Stereo – repetí – y eso cómo se toma?

En seguida alguien le dio play a la casetera. Yo me quedé estático, sintiendo cómo esos extraños sonidos se alojaban en alguna parte de mi cerebro en el que no habían impresiones previas. La canción era Imágenes retro, lo recuerdo nítidamente, como si todo hubiese sucedido ayer o hace dos días: “Telarañas, sueño con telarañas que cuelgan de mí”. De pronto aquel nombre raro y ese look exótico dejaron de parecerme desconocidos y ajenos. Por el contrario, sentía que alguien había escrito esa canción para que yo, y sólo yo, pudiera por fin disfrutarla.

En el verano de 1987 mis primos y yo escuchamos Soda Stereo como si la música fuera un invento nuevo y maravilloso y ellos fueran sus únicos intérpretes.

Hacia fines de septiembre terminaron los días de vacaciones y yo regresé a mi casa siendo otro y llevando conmigo el tesoro de las primeras canciones de los Soda: Trátame suavemente, Sobredosis de TV, Juegos de seducción, Persiana americana, entre otras. Canciones que no paré de escuchar en los siguientes 20 años.

Pronto empecé a buscar aquellos sonidos en otras lenguas y en otras bandas, especialmente en aquellas en las que participé desde que inicié mi sueño de músico, y el abanico se fue extendiendo, se fue llenando de aromas, épocas y matices: desde Sinatra y los Beatles hasta el indie más postremo, desde Sabina y Almendra hasta el último de los Bengala. Y todo gracias a Charly Alberti, Zeta Bosio y Gustavo Cerati, tres tipos a los que, en algún momento, se les dio por ponerse un nombre que a mí me sonaba a refresco.

Hoy, aquel genio que inició todo esto, aquel que compuso Imágenes Retro para que yo pudiera escucharla, para que yo pudiera, a partir de aquella hebra, tejer mi propia telaraña, está peleando por su vida en una cama de hospital. Y yo, que no sé hacer otra cosa, he querido escribirle este mínimo homenaje. Y yo, que no puedo hacer otra cosa, he querido decir una plegaria pidiendo su pronta mejoría. Después de todo es lo menos que puedo hacer por el ser humano cuyo talento me tocó y trastocó para siempre en aquel verano de 1987.

Fuerza Gustavo!!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jota... la verdad creo que soy de los pocos tipos que tiene la capacidad para sentir cara letra que has escrito desde que eramos chamos... pero ahora fue doble emoción ya que es la mejor manera de hacer fuerza para que este genio vuelva a la tarima.

Anónimo dijo...

Fuerza natural es lo que se necesita en este tiempo. Espero que lo único que sabemos hacer, escribir. Uno mejor que otros. Sirva para dar aliento y esperar que esos veranos de juventud continúen por un buen tiempo mas con música nueva del gran Cerati hasta el verano del 2097.